+ Off topic sobre arte y cosas así

Edificio milagroso, joya incomparable, y montones de piropos más. Así ha sido definido el Hotel de Ville ( Town Hall) de la Grand Place de Bruselas, empezado a construir en 1402 por , según dicen, Jacob van Thienen y acabado por Jan Van Ruysbroeck, constructor de la torre que adorna finalmente el edificio reconstruido.

Cuenta la leyenda que Van Ruysbroeck, al ver que su bella construcción no había quedado simétrica, subió presa de la desesperación a la punta mas alta y de allí se lanzo al vacío, con el orgullo hecho cisco. Otros historiadores lo desmienten, diciendo que después de reconstrucciones resultado de unas extensiones del edificio para competir con Lovaina por ser capital del Ducado de Bravante; las autoridades querían mantener la calle adyacente al ala corta. Puede ser cierto, o puede ser todo una forma de encubrir un error del arquitecto en un edificio tan importante y tan emblemático.



¿Es extraño que un artista de aquella época se suicide después de comprobar que su obra, con tanto derroche de belleza y cálculo, ha cometido un error que la deja en entredicho? Yo creo que no. Algunos genios del arte han buscado con todas sus fuerzas ofrecer la belleza y sobretodo la perfección a los ojos de su tiempo. Para eso les pagaban, para hacerlo bien, y ese arte con lo bueno, y lo malo, era el reflejo de la cultura del momento.

Hoy también, el arte sigue siendo ese símbolo del tiempo en que vivimos, donde las fronteras se difuminan y cualquier chorrada conceptual o provocación descarada se expone en una galería concurrida, y donde un idiota sin nada que decir y mucho que mangar puede agarrar una porquería, meterla en una caja de metacrilato y pedir unos cuantos millones para dejarnos admirar la grandeza del mundo orgánico en armonía consigo mismo y en el peor de los casos, aceptaremos la obra con resignación, no vaya a ser que alguien nos llame reaccionarios.

Alegrémonos. Se ha democratizado el arte y ahora Gustav Metzger se puede codear con Van Gogh en el mismo edificio mientras la señora de la limpieza le tira la obra a la basura confundiéndola con los desperdicios de los visitantes.

Hoy supongo nadie se suicida por meter la pata en estos temas. Hoy meter la pata o cagarla en asuntos de cultura o arte, está muy bien pagado. Y normalmente, con nuestro dinero.

Por Cruzcampo